A liberar conciencias, radios y pueblos

Crónica del Primer Encuentro Internacional de Radios Comunitarias y Software Libre.

En nuestros medios comunitarios siempre nos preocupamos por poner nuestro esfuerzo al servicio de la comunidad; es decir, nos interesa el para qué. Ejercemos una comunicación pensando en el bien común, en luchar contra quienes intentan sacar ventaja a costa del sufrimiento de otros. Sin embargo, esta vez nos centraremos en el cómo. Es decir, con qué herramientas llevamos adelante nuestro trabajo.

Si abogamos por la libertad de expresión y otros derechos, es coherente que lo hagamos a través de herramientas que nos acompañen en esa misma lógica. Por ese motivo, alentamos la difusión y puesta en práctica del software libre.

A simple vista, puede parecer un capricho, una negativa a usar software privativo simplemente por el hecho de diferenciarnos como medios comunitarios y llevarle la contra a lo que la mayoría utiliza. O de lo que los medios privados utilizan. Pero la postura es más profunda que una simple rebeldía.

Del 11 al 13 de junio se desarrolló el Primer Encuentro de Radios Comunitarias y Software Libre, en Cochabamba, Bolivia. Allí, más de 80 radialistas de distintos rincones de Latinoamérica se reunieron para asumir la necesidad de comenzar a utilizar este tipo de software en sus respectivos medios comunitarios. Para que, además del discurso, también las tecnologías que utilicemos sean libres.

Libres no quiere decir solamente gratuitas, ya que algunas plataformas no lo son. Libre va de la mano a la posibilidad de participar de su perfeccionamiento en virtud de los requerimientos del medio, de tener acceso a los códigos para que el radialista programador pueda mejorar el software, hacerlo más personal. Y no sólo eso: también poder distribuirlo a quien se quiera. El encuentro, en su limitada duración no aspiraba a que nos fuéramos siendo expertos en software libre ni con todas nuestras computadoras migradas al sistema operativo libre, sino a algo más vital: liberar nuestras conciencias. Ese fue el objetivo, el puntapié inicial. Como dijo Mariela Paco, ministra de Comunicación de Bolivia, participar en “reflexiones claras, críticas, proactivas, propositivas para garantizar un mejor acceso a la información al servicio de nuestro pueblo.”

El software privativo no nos permite contactarnos de forma directa con sus creadores si nos encontramos con alguna inquietud. Nos toca solucionarlo como podemos y no tenemos posibilidad de opinar para su mejora o adaptarlo a nuestras necesidades.

Como señaló Loreto Bravo de Palabra Radio y activista de software libre en México, “no podemos hablar de liberación si lo estamos haciendo a través de herramientas que no tienen en cuenta este aspecto.” Y además por las cuales podríamos ser vigilados.

Entre las temáticas recorridas en los talleres estuvieron: instalación de sistemas operativos libres, automatizadores (Rivendell, Guarango y Radit), editores de audio (Audacity y Ardour). Además de clínicas sobre hardware libre, telefonía VoIP, Ssreaming / radio en linea, tecnología radial, SPLAT, periodismo radial, creative commons, seguridad digital y redes sociales libres.

Hemos dicho por qué no usar software privativo. Ahora veamos por qué sí usar software libre.

Es legal modificarlo. Posee un permiso no restringido, se puede copiar y distribuir, le cede los derechos a la comunidad. Genera economía, ya que al ser libre, se puede mejorar o personalizarlo para determinados usuarios, y se puede vender. Y además la comunidad usuaria y creadora de software libre está creciendo, y está abierta a la participación de todos y todas.

Más allá de repasar aquí el abanico de beneficios del uso del software libre y hacer una explicación de qué tipo de software hablamos, nos interesa destacar la sensación con la cual nos fuimos del encuentro. De esos extenuantes, esperanzadores y vigorizantes días en Cochabamba. En los cuales compartimos experiencias de Argentina, Chile, Perú, Colombia, El Salvador, Guatemala, Ecuador, y por supuesto, Bolivia. A través de debates y charlas se mezclaron los acentos, saberes, sed por aprender, por vincularnos y dimensionar que aunque distintos, vivimos realidades similares. Realidades que necesitan que nos pongamos la camiseta de nuestra gente y no olvidar por qué hacemos radio y por qué somos comunitarios. Fueron días en los cuales nos emocionamos al ver que compañeros y compañeras que nunca habían editado audio, lograron realizarlo en conjunto, en software libre y sobre temáticas no menos liberadoras. Días en los que se creó y realizó una transmisión por radio online en tiempo récord de 10 minutos. Se demostró que es posible hacer radio con estas nuevas y maravillosas herramientas que tenemos a nuestra entera disposición, que existe una comunidad en la cual podemos apoyarnos mutuamente para seguir descubriendo, creando, aprendiendo y participando. Y la única dificultad es sacarnos ese estigma de que lo libre es malo.

Si bien han pasado días de la finalización del encuentro, es notable destacar que hay una comunidad que continúa creciendo en torno a estos temas, y es de esperar que siga así.

A liberar conciencias, radios y pueblos

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