Carta abierta al presidente sobre la libertad de expresión en Argentina

Carta abierta a Mauricio Macri a propósito de sus dichos sobre la libertad de expresión en la Argentina.

Carta abierta al presidente

Sr. Presidente de la Nación Mauricio Macri:

El día 31 de marzo Ud. publicó con júbilo que Argentina se destacó en una reunión de la Sociedad Interamericana de Prensa por tener “la más amplia libertad de prensa de su historia”. Nos vemos obligados/as a hacerle algunas precisiones porque quizás Ud. pasó algunos datos por alto.

En primer lugar, es necesario admitir que hay más libertad de expresión que en otros países, pero mal de muchos consuelo de tontos. De ninguna manera puede entenderse este como un período sencillo para la práctica libre del periodismo y del derecho a la comunicación en sentido amplio. Antes de que nos corra hacia el otro lado de la grieta, le aclaramos: si revisa nuestro historial disponible en nuestro sitio web (sabemos que lo hará), podrá ver lo críticos que fuimos de la gestión kirchnerista en materia de comunicación. Le ahorramos ese argumento: conversemos sobre su gestión, que Ud. conoce mucho mejor.

A propósito, le recordamos que, por ejemplo, la Gendarmería que está bajo su responsabilidad reprimió, acorraló, empujó a la muerte y desapareció a un joven por ejercer su derecho a protesta. Su nombre era Santiago Maldonado y dejó la vida por querer ejercer el derecho a la libertad de expresión. También le recordamos algunas cosas que sucedieron durante su gobierno y que limitan de forma directa y concreta la libertad de expresión.

No hablemos ni nosotros/as ni Ud; mejor leamos a las voces autorizadas. No va a dudar de la experiencia y conocimiento de la Relatoría de Libertad de Expresión, órgano especializado de la OEA en la materia. Quizás Ud. no tuvo tiempo de leer los informes que año a año publican. Nos tomamos el trabajo de hacerle un resumen.

Allí, en lo que va de su gestión, podemos ver una centena de casos muy concretos de amenazas, intimidaciones, condicionamientos y ataques a la libertad de expresión en Argentina, varios de ellos con violencia física (hacemos esta aclaración sabiendo que cualquiera de los casos mencionados anteriormente implica algún grado de violencia). Este problema, señor presidente, existe por responsabilidad exclusiva del poder (económico, político, judicial, policial) que es al que le incomoda que la ciudadanía se informe y se exprese. Para que estos ataques se efectivicen, es necesaria la participación del Estado, por acción y/u omisión del gobierno de turno, convirtiéndolo en protagonista o cómplice.

Entre ellos, se registran, por ejemplo, el ataque a las instalaciones de Tiempo Argentino y Radio América,  el ataque al director de FM Luna de San Antonio de Areco por cubrir la problemática del narco, la detención de Luciano Barrera en Catamarca por fotografiar un accidente o la detención de Cintia Alcaraz de Radio Kermés por fotografiar un operativo policial en La Pampa. El ataque a Jesús Báez, propietario de FM Carretera 101 de Misiones, baleado luego de denunciar vínculos de la Policía con el narcotráfico, el ataque al auto de Alejandro Pairone de la revista Noticias mientras investigaba en El Bolsón un proyecto inmobiliario en una reserva natural, la intimidación con arma de fuego sufrida por Alejandro García de FM Radio Gonnet por parte de un policía por artículos publicados sobre irregularidades en una Comisaría local y el impedimento de entrar al país al miembro de ATTAC Petter Titland y la periodista Sally Burch y la lista de otros 60 activistas cuya visita se prohibió en ocasión de la cumbre de la OMC. El violento desalojo de la comunidad mapuche de Cushamen por protestar por la propiedad de sus tierras, el uso de gases lacrimógenos y golpes para impedir la instalación de una escuela itinerante como protesta docente frente al Congreso, las intimidaciones y amenazas de muerte a Roberto Navarro, las agresiones a periodistas que cubrían el desalojo de la fábrica PepsiCo, la agresión y detención de comunicadores durante la marcha a un mes de la desaparición de Santiago Maldonado. Los allanamientos y decomisos a Radio M y FM Fórmula, las interferencias a las televisoras comunitarias Barricada TV y Urbana TV, la detención de un fotógrafo de La Garganta Poderosa luego de que intentara filmar cuando ingresaron a su domicilio y lo golpearon, las reiteradas amenazas a integrantes de la radio comunitaria FM Alas de El Bolsón y distintos episodios de uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía en diversas manifestaciones, que resultan imposibles de enumerar (al menos para lograr una fluida lectura de esta carta).

En la mayoría de los casos, los amedrentamientos tienen en su mira a comunicadores que resultan incómodos para el poder (gobiernos, grupos económicos concentrados, narcotráfico, etc.).

La concentración de medios, el retardo de los fondos FOMECA, el achicamiento en los medios públicos como los más de 300 despidos en Télam, el trolling orquestado en redes, el retardo para incluir a Barricada TV en las grillas de cable, la intervención en la Defensoría del Público o el protocolo de actuación en protestas impulsado por la ministra de Seguridad, le contamos, tampoco son acontecimientos que contribuyan a la libertad de expresión.

También deseamos señalarle que la Sociedad Interamericana de Prensa está objetivamente lejos de representar lo que sufren los y las periodistas, cronistas, comunicadores/as independientes, ciudadanía en protesta, etc, porque está compuesta por los dueños de los medios comerciales. Suelen caer en el vicio de escudarse en la libertad de prensa para regocijarse en la libertad de empresa. Y en realidad muchas veces son ellos mismos quienes limitan la libertad de expresión de sus trabajadores, vía censura directa de contenidos, despidos, reducciones de salarios o acoso laboral. Muchas veces son parte del problema.

Ud. señala que “Nunca antes se gastó menos plata en pauta publicitaria que en este gobierno. Dicho de manera directa esto significa que no se usa la publicidad oficial como un mecanismo para domesticar medios o someter periodistas como sí se hacía antes.” Déjenos decirle que aún es discutible que se gaste poco en publicidad oficial, pero lo que es seguro es que eso no es garantía de libertad de expresión, sino todo lo contrario. Casualmente los medios más críticos suelen ser los que más necesidades económicas tienen. Reducir la pauta es afectar directamente al pluralismo y la diversidad. Adicionalmente, no es cuestión de cantidad, sino de equitatividad. Si Ud. reduce la pauta en monto pero la sigue repartiendo de forma inequitativa, lamentamos decirle que está afectando la libertad de expresión.

También afirma que “No aceptamos que se escupa la imagen de personas públicas, no insultamos, no entramos como matones a los diarios ni los rompemos, no derribamos antenas, no creamos programas de propaganda para atacar a quienes piensan distinto ni usamos el fútbol para elogiarnos o perseguir”. Los informes de la Relatoría documentan que sí han sucedido varias de esas cosas. Además, las fuerzas de seguridad que Ud. tiene a cargo han agredido sistemáticamente a quienes registren o transmitan la represión de la protesta, usando la violencia como política de Estado y el miedo como disciplinador de disidencias. En la Argentina actual hay personas procesadas por transmitir y muertas por protestar.

Nos permitimos hacerle estos comentarios, apelando a la libertad de expresión que Ud. celebra, confiando en que escuchará un poco mas a quienes ejercen la comunicación como trabajo y vocación, que son quienes vienen sufriendo una asfixia grande a esa libertad de expresión que los empresarios le aseguran robusta. Permítanos disentir de su tuit que celebra “la completa libertad de prensa que rige en el país”, simplemente mostrando el desalentador contraste con la Relatoría de Libertad de Expresión de la Organización de los Estados Americanos.

Lamentamos tener que redactar estas lineas a partir de lo que vivimos cotidianamente. Como Ud., también creemos que es lindo dar buenas noticias. Nos gustaría poder hacerlo.

Carta abierta al presidente sobre la libertad de expresión en Argentina

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