Una experiencia innovadora marca un camino de debates, riesgos e incertidumbres.
Por Luis Merino y Vanessa Valencia Ramos
Cada día, los vertiginosos avances de la inteligencia artificial nos asombran, y la radio no es la excepción. En Perú, la llegada de K-POP Town marca un hito histórico: Studio 92 se convierte en la primera emisora nacional en lanzar un programa conducido íntegramente por IA. Su anfitriona, DJ Kiara, no es una persona real, pero posee una voz, una actitud y un estilo cuidadosamente diseñado para conectar con el público joven amante del pop coreano.

Este proyecto no solo representa una apuesta por la innovación tecnológica, sino que también plantea una interrogante crucial: ¿es una oportunidad o una amenaza para los locutores, los verdaderos protagonistas detrás de los micrófonos? Una pregunta especialmente pertinente en un año tan simbólico como este, cuando la radio peruana celebra su primer siglo de vida.
Aunque K-POP Town sería el primer programa de su tipo, existen antecedentes en emisoras que desde hace años utilizan software para generar voces sintéticas, como Radio Máster 87.5 FM. Una emisora ilegal que aún sigue vigente con esta dinámica, con diversos temas. Sin embargo, lo de Studio 92 no se acerca a lo visto antes, destacándose por su enfoque innovador y llamativo.
La aparición de una locutora artificial abre dos caminos con destinos distintos: ¿estamos presenciando el futuro de la radio, o el principio del fin para los locutores humanos? En un medio históricamente caracterizado por la cercanía emocional y la autenticidad de las voces al aire, muchos trabajadores y trabajadoras del sector se sienten inquietos o amenazados por esta nueva fórmula que combina datos, algoritmos y perfección sintética.
Para Anthonie “Locutony” Ortiz, DJ, comunicador y operador de la salsera Radiomar, la situación es una oportunidad de reinvención, algo inevitable. Su perspectiva es mixta: “En lugar de verlo únicamente como una amenaza o como una motivación para mejorar, los profesionales del sector debemos adquirir nuevas habilidades y reinventarnos”, comenta.

Locutony también subraya un aspecto crucial: la conexión emocional. “La IA, por sí sola, no puede conectar de manera emocional. Debe ser una aliada del locutor, una herramienta que potencie su trabajo. Por ejemplo, en un programa, si quiero que me responda una mujer con un tono coqueto o sensual, la IA puede hacerlo. No solo se trata de imitar voces, sino también de generar contenido, resumir datos o responder de manera inmediata. La clave está en tomar la IA como un aliado que facilite y optimice el trabajo.”
No obstante, algunos otros compañeros del micrófono interpretan esta propuesta de manera diferente. Eddy Vargas, DJ y presentador de Radio Comas, lo expresa así: “Puede ser un riesgo. Obviamente, es un espacio que ya no será ‘ocupado’ en el futuro por una persona, debido a las facilidades que ofrece para el medio. La IA podrá ayudar con todo lo que quieras, en cualquier campo, pero nunca reemplazará lo que hacemos nosotros al 100%”.

La propuesta de K-POP Town va más allá de la simple presentación de canciones. DJ Kiara no solo pone música: también comenta noticias, comparte curiosidades y mantiene una conversación fluida, pero programada. La diferencia, claro, es que no siente, no improvisa y carece de una historia personal que contar. En otras palabras, le falta lo “humano”, ese vínculo esencial que tanto menciona Ortiz y Vargas.
Si observamos otras plataformas digitales, desde 2024, Spotify ha implementado en su versión premium una opción llamada IA DJ, una voz personalizada que entiende tus gustos musicales tan bien que puede seleccionar la música ideal para ti. Varios expertos y periodistas, como el locutor español Arturo Paniagua, han analizado esta herramienta, señalando que, al integrar la IA en el trabajo diario, los locutores pueden reinventarse y adaptarse a las nuevas demandas del medio, mejorando la calidad y la interacción con su audiencia. Paniagua considera la IA como una aliada más que como competencia, destacando cómo puede complementar y potenciar las habilidades de quienes están detrás de la consola.

En contraste, algunos sectores ven en la inteligencia artificial como una herramienta valiosa para agilizar tareas, generar contenidos auxiliares o incluso asistir a locutores humanos en tiempo real. Pero, para que esto funcione, debe haber claridad sobre su rol y límites.
Desde la perspectiva de la audiencia, aún es pronto para medir el impacto real. Algunos oyentes disfrutan de la propuesta novedosa, mientras que otros sienten una desconexión evidente, como menciona Eddy Vargas: “Una voz perfecta no necesariamente transmite emoción. A veces, lo que más recordamos de un locutor es cómo se reía, cómo se equivocaba, cómo improvisaba”, reflexiona el DJ de Comas FM.
El caso de DJ Kiara y K-POP Town podría sentar un precedente en la radio peruana. La pregunta ya no es si la inteligencia artificial puede usarse al aire: eso ya está sucediendo. Lo que falta por definir es cómo convivirá con el talento humano y qué valores priorizarán los medios en el futuro cercano, aprovechando una oportunidad única para mejorar a través de su correcto uso.
Porque, aunque la tecnología avanza sin pedir permiso, la esencia de la radio—su voz cálida, su conexión humana—aún reside en personas reales. Y en un mundo cada vez más automatizado, tal vez lo más revolucionario siga siendo lo más humano.