Tecnologías libres y derecho a la comunicación en la era digital

TIC desde una perspectiva de derechos

Antes de comenzar este módulo tenemos una pregunta que hacerte. Pensala, pero de verdad. Porque probablemente ya te la hayas hecho o te la hayan hecho otras personas. ¿Cuál es el fundamento político sobre el que se sostiene nuestra actividad como medios comunitarios?

?¿La pensaste??

Bueno, si nosotras tuviéramos que contestarla probablemente diríamos que la comunicación y la expresión son un derecho humano, que el sistema de medios tradicional está concentrado y que necesitamos difundir las voces diversas de quienes no tienen acceso a los medios masivos; que la democracia necesita de canales de expresión libres y plurales; que no puede ser que la comunicación se convierta en una mercancía. ¿Se parece en algo a lo que contestaste? Aunque tenga otras palabras, más o menos irá por ahí.

Hacemos radio porque creemos en una comunicación distinta, cercana, plural, que acompañe a los movimientos sociales. Nos juntamos y armamos como podemos nuestro estudio, rescatamos algunas computadoras y las ponemos a andar, conseguimos un transmisor y una antena juntando algunos pesos. Creemos que los principios por los cuales estamos trabajando: la libertad, la justicia social, el bien común, o la horizontalidad, por ejemplo, también guían la manera en la que trabajamos.

Es verdad que la coherencia entre principios y prácticas no siempre es fácil de lograr. Por ejemplo, los procesos participativos son extremadamente agotadores, pero los impulsamos porque estamos convencidas de que la voz de todas tiene que escucharse. También hacemos estos esfuerzos en otros ámbitos, como el de la alimentación: comemos comida orgánica y de cercanía, porque creemos en la soberanía alimentaria, aunque nos implique tener que ir a buscar las verduras más lejos y ser más cuidadosos al lavarlas. ¿Pero que tienen que ver unas lechugas con nuestra radio? ¡Mucho! Es una metáfora para demostrar que, cuando nuestros principios están en juego siempre hacemos lo que se necesite para defenderlos. ¿Siempre? Quizás no, porque hay un tema en el que a muchos medios comunitarios y movimientos sociales les cuesta entrar: las tecnologías libres.

Pareciera que las tecnologías de información y comunicación libres fueran la criptonita de toda esa potencia arrolladora de transformación social. Cuando nos enfrentamos a la posibilidad de usar tecnologías libres, aquellas que están construidas desde esos otros valores en los que también creemos, toda la catarata de justificaciones empieza a correr por nuestra boca. Ahora vamos a hacer otro ejercicio como el del inicio, y te pedimos que respondas a otra pregunta. ¿Por qué no usas software libre?

?¿La pensaste??

En todos estos años trabajando en estos temas hemos escuchado de todo. Vamos a enumerar algunas de las excusas, justificaciones o respuestas que nos dan a esta respuesta: es muy complicado, una vez intenté pero no pude, no hay compatibilidad, no tengo tiempo de aprender, no hay software para lo que necesito, tenía una partición con Ubuntu pero nunca la usé, hay que saber mucho de informática, usando software pirata estoy hackeando al sistema, no necesito, tengo Windows gratis, no tengo a nadie que me ayude, es muy feo y como viejo, mi laptop no es compatible, trae muchos problemas, nadie lo usa… ¿Alguna de estas respuestas fue la tuya?

Probablemente tengas razón y así sea como te sientas. Por eso nuestro objetivo con este módulo es presentar algunas maneras de problematizar las tecnologías digitales de información y comunicación, de la misma manera que desde tu radio ya lo han hecho con los medios de comunicación tradicionales. Porque, aunque a todas nos guste comer lechugas limpias, los gusanitos no son más que la consecuencia molesta de un sistema que funciona bajo otros principios que el del lucro y la acumulación infinita. Proponemos, entonces, 4 ejes sobre los cuales pensar en las TIC desde una perspectiva de derechos.

Sobre la libertad colectiva

Creemos que el conocimiento es un patrimonio de la humanidad. Se ha desarrollado y enriquecido gracias al aporte de todas las personas que hemos vivido en este planeta. Le pertenece a todos y, al a vez, no le pertenece a nadie. Y es gracias a ese principio que se genera la innovación. Pensemos por ejemplo en la web que este 2019 cumplió 30 años. Cuando Tim Berners-Lee desarrolló el protocolo de transferencia de hipertexto (el famoso http) lo liberó para que se convirtiera en el estándar de la web. Si lo hubiera privatizado, o cobrado por su uso como hace Monsanto con sus semillas, la web no se hubiera expandido de la manera en que lo hizo.

Cuando hablamos de software libre, nos referimos al software que respeta cuatro libertades: la de usarlo, ver cómo está hecho y modificarlo, distribuir el código y distribuir, también, las modificaciones que hubieras hecho. Pero también habla de una manera de trabajar horizontalmente, llamada ética hacker. Ojo, no se trata de romantizarlo, las comunidades de software libre no están libres de conflicto, actitudes machistas, etnocentristas, racistas, etc. Los sabemos. Pero de lo que aquí se trata es de entender que la tecnología no es neutral, que los modos en los que se concibe, desarrolla y distribuye impregnan una ideología. ¿Preferimos usar tecnologías desarrolladas por comunidades autónomas o por mega empresas que privatizan el conocimiento?

Y aunque podamos ser absolutamente coherentes en este aspecto, podemos tener en cuenta algunos principios a la hora de elegir nuestras herramientas. La organización Criptica elaboró una tabla con una serie de principios óptimos, subóptimos e inadmisibles para guiar nuestras elecciones:

Sobre la concentración

Si en algo coincidimos es que el sistema de medios de Argentina está absolutamente concentrado. Las radios sociales trabajan día a día para difundir mensajes que calen en las grietas del poder. Cuando comenzaron a hacerse masivas las redes sociales digitales se abrió un halo de esperanza: la esfera pública se expandía, todas teníamos una voz en el debate público mediatizado. Todas teníamos Facebook, Twitter, Instagram y Whatsapp. ¿Estábamos realmente frente a un proceso de democratización digital?

Con los años comenzamos a ver que existía un riesgo. Que los algoritmos que filtraban los contenidos en nuestras cuentas creaban burbujas de filtro, que se podían manipular elecciones, que la divulgación de noticias falsas era imparable, que las pautas de moderación de contenido eran sesgadas, etc. Millones de personas a nivel global se conectan día a día a un puñado de servicios diseñados en Sillicon Valley: ¿qué podía salir mal?.

Piensa en la última vez que se cortó Whatsapp. No se podían enviar fotos ni audios. ¡Qué desesperación! Toda nuestras comunicaciones con amigos, familia, grupos de trabajo había quedado truncada. ¿Y qué pasará el día que se caiga Google? ¿No encontraremos nada? ¿Perderemos todos los correos de amor que nos mandaron? La nube, al final, es la computadora de otro.

El poder que terminaron acumulado estas empresas tecnológicas era impensado. Hoy en día las primeras cinco empresas más ricas del mundo no son ni petroleras, ni farmaceuticas, ni tan siquiera bancos. Son empresas tecnológicas: Apple, Alphabet (Google), Microsoft, Amazon, Facebook, cinco empresas estadounidenses: el temido GAFAM.

Sobre la seguridad y la privacidad

Cómo puede ser que empresas como Google o Facebook sean las más ricas del mundo si sus servicios son gratis, te preguntarás. Tienen un servicio de publicidad muy fuerte, es verdad, pero que se sostiene a base de tener audiencia cautiva y de conocerla muy, muy bien.

La audiencia se mantiene cautiva ofreciendo servicios buenos y gratis: correos electrónicos con interfaces pulcras, plataformas que nos permiten mantenernos en contacto con amigas y conocidos, corrientes infinitas de fotos que nos podemos parar de ver. Todo el desarrollo tecnológico está orientado a que pasemos cada vez más tiempo conectadas (ya hablaremos en otro momento sobre sesgos en los algoritmos, transparencia y justicia algorítmica).

También tienen que conocernos para poder vendernos lo que queremos, necesitamos o deseamos. Para ello tienen que espiarnos. Hay muchas maneras, a través de cookies, rastreadores, o directamente recopilando los datos de uso de nuestras aplicaciones. De esa manera la maquinaria orientada al consumo y la acumulación trabaja y se alimenta de todos los datos le proporcionamos. Algunos con consentimiento, otras sin él.

En este escenario es evidente que todos los productos y servicios que ofrezca la maquinaria de la acumulación serán más atractivos. Como el azúcar o la cafeína son altamente adictivas, nos gustan, nos sentimos cómodas. Pero ¿porqué no hacemos un esfuerzo en conocer todas las iniciativas, herramientas, proyectos, plataformas, y campañas que se hacen desde otros espacios y comunidades que creemos por desafiar el status quo también desde el ámbito de TIC? ¡Conozcamos algunos de ellos!

  • Red de Software Libre y Radios Comunitarias: es una red de radialistas de América Latina y el Caribe que trabaja por difundir la cultura y el software libres entre las radios comunitarias de la región. Como novedad, impulsan el desarrollo de GET, una distribución GNU/Linux orientada a las radios. Es decir que viene con todo el software que necesitas. Existe una comunidad que brinda apoyo mutuo en temas técnicos pero también de discusión política sobre soberanía tecnológica. https://www.liberaturadio.org

    Y lo bueno es que ya existen muchas radios en América Latina que funcionan con software libre y pueden darte una mano. Conocelas en el Mapa de la red: https://mapa.liberaturadio.org/

  • Radios Libres: probablemente ya lo conozcan, es el proyecto de Radialistas orientado producir conocimiento sobre los aspectos técnicos de la radio. Tiene recursos libres, cursos virtuales de formación, consultorio, manuales y artículos sobre software y hardware libre, cultura libre, derechos digitales, licencias, gobernanza de Internet, etc. www.radioslibres.net

  • Soberanía tecnológica (1 y 2): es una obra colectiva que reúne en dos volúmenes toda una serie de artículos sobre soberanía tecnológica, iniciativas y experiencias cuya garantía de autonomía está puesta en lo común. Imposible leerlo y no entusiasmase con todos los espacios de experimentación posibles. Volumen 1Volumen 2

  • Framasoft: este proyecto francés ofrece servicios libres en la web: formularios, envío de archivos, textos colaborativos, videoconferencias, redes sociales, etc. Todas esas cosas que pensabas que sólo podías hacer con GoogleDocs. Pues no, también las puedes hacer con software libre en plataformas autónomas. https://framasoft.org/en/

  • Mastodon: las redes sociales son el punto flojo de la comunidad libre porque, al no ser masivas como las privativas, pierden un poco el sentido. Pero si pensamos que no podríamos sobrevivir a otra cosa que no fuera el MSN Messenger y aquí estamos, pues es cuestión te tiempo. Mastodon es una red social distribuida, es decir que todos los mensajes no se alojan en los servidores de una única empresa sino que cada persona puede instalar una instancia en su servidor. También podemos darnos de alta en la instancias ya existentes y conectarnos con las demás. https://mastodon.social/about

¿Conocías alguna de estas iniciativas? Si quieres comenzar a transitar el camino de la soberanía tecnológica, que no tiene que ser ya ni de una, puedes dar pocos pasos. Te recomendamos conectarte con personas que ya lo hayan hecho o que quieran hacerlo a la vez.

Para pensar

¿De qué manera creés que la comunicación comunitaria debe defender el derecho a la comunicación en el siglo XXI?

¿Cuáles son los principales obstáculos para adoptar tecnologías libres y cómo piensas que podrías superarlos?

Materiales de interés

RadiosLibres.net En Radios Libres encontrarán materiales sobre la relación entre el software libre y la radio. https://radioslibres.net/

Manual para radialistas analfatécnic@s, de Santiago García Gago. https://analfatecnicos.net/

Tecnologías libres y derecho a la comunicación en la era digital

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