SOPA, PIPA, ACTA… Las siglas son tantas como los intentos por tener a Internet agarrada del pescuezo ¿Por qué debemos alarmarnos?
Manuel Castells, sociólogo estudioso de la sociedad en red, dice que cuando se reune con representantes gubernamentales, lo primero que le preguntan es cómo hacer para controlar Internet. El se ríe y contesta que es imposible. Pero, ¿lo es?
Lo cierto es que la propia topología de la Inernet, es decir, la manera en que los servidores están conectados entre sí, hace que esta tarea sea bastante difícil. Pero no imposible. Existen varias maneras de establecer barreras que impidan la libre circulación de información, el intercambio y la comunicación entre usuarios.
La opción más sencilla sería empezar por el acceso. Esa fue la idea del gobierno de Mubarak que en enero de 2011, viendo su régimen en peligro, no tuvo mejor idea que cortar la conexión a Internet. ¿Por qué? La gente usaba distintas redes sociales para convocar manifestaciones y difundir información. El carácter horizontal, masivo e instantáneo de estas plataformas, resultaba por demás eficiente para organizarse frente a la situación de inestabilidad institucional que atravesaban.
Claramente esta fue una medida bastante burda, anti democrática y poco inteligente. No solo no impidió que surgieran nuevas maneras de comunicación, utilizando conexiones satelitales o telefónicas, sino que también paralizó por completo al país, ocasionando pérdidas millonarias en la economía nacional.
Invocando a la independencia de los pueblos, el respeto a los derechos civiles y la libertad de mercado qué buenos, siempre velando por el bien planetario, claro Estados Unidos busca eliminar a sus dos grandes enemigos: el terrorismo el enemigo político y la piratería el enemigo económico.
Pero existen modalidades de control más sutiles y efectivas. Por supuesto, el gobierno estadounidense es consciente de ello. Invocando a la independencia de los pueblos, el respeto a los derechos civiles y la libertad de mercado qué buenos, siempre velando por el bien planetario, claro Estados Unidos busca eliminar a sus dos grandes enemigos: el terrorismo el enemigo político y la piratería el enemigo económico.
Otros países también buscan legislar sobre Internet, pero Estados Unidos nos interesa por varios motivos. Principalmente porque la ICANN, la organización que administra los dominios de nivel superior, tiene sede en California. Esto significa que la organización que administra todos los .com, .org, .net, etc., está sometida a las leyes del país del norte.
Estos meses tuvieron revuelo distintas iniciativas legislativas presentadas por el Partido Republicano. La ley SOPA y la PIPA fueron las más conocidas, pero también está la Open Act. Estas iniciativas buscan controlar el intercambio de información a través de la amenaza a los proveedores de Internet, quienes hasta hoy no eran responsables de los contenidos publicados por sus clientes. Ahora, proponen bloquear los DNS (desvincular el dominio de la dirección IP) de los sitios que alberguen y/o enlacen contenido “ilegal”, multas y hasta condenas penales.
Por suerte, gracias a distintas iniciativas como el apagón del 18 de enero de 2012, la discusión de esta ley fue postergada, aunque no desestimada. Pero existen otras legislaciones que ya están en vigencia. Las más importante es la Digital Millenium Copyright Act, aprobada en 1998 y el Acuerdo Comercial Anti Falsificación, ACTA por sus siglas en inglés. Este último es un acuerdo multilateral que busca acrecentar la cooperación internacional en la aplicación de las leyes de propiedad intelectual. En enero de 2012, el sitio Megaupload y su equipo se vieron afectados por este acuerdo. El sitio fue bloqueado (si entran pueden ver el cartel del FBI anunciando que la empresa fue acusada de infringir copyright y de lavado de dinero) y su dueño está en prisión.
Este es un claro ejemplo de cómo podría empezar a controlarse Internet, con leyes que aparentemente buscan defender los derechos de los autores. Sabemos que el control absoluto será imposible. Si creímos que el cierre de Napster era el final, que no habría vida después del bloqueo de los sitios de descarga, ahora estamos seguros de que Internet se reinventa permanentemente. Y no sólo hablamos de las nuevas estrategias de negocios de los que siguen lucrando con nuestras ganas de comunicarnos y compartir.
Es importante que luchemos contra este tipo de medidas, a la vez que comenzamos a discutir seriamente sobre las implicancias de una cultura libre, por fuera de los cánones comerciales y la imposición capitalista de un de intercambio mercantil. Los cambios cotidianos son un buen comienzo. Podemos compartir material con licencias abiertas, usar sistemas operativos y herramientas libres, y aprovechar la posibilidad de acceder a contenidos nuevos para leer, escuchar y ver otras producciones de artistas a los que, como a nosotros, les gusta compartir.