Detención de Óscar Delgado y la Guerra de la Posverdad

En Jujuy un comunicador popular estuvo nueve días preso por informar la represión.

El 20 de diciembre de 2017 una protesta en el Ingenio La Esperanza de Jujuy fue reprimida por las fuerzas de seguridad, forma de resolución de los conflictos a la que nos van acostumbrando de a poco. En ese operativo, detuvieron 25 personas, entre las que se encontraba Óscar Delgado, comunicador popular miembro de Radio Capoma y la Red Nacional de Medios Alternativos, sindicalistas y otros trabajadores.

Si bien a los 25 se les imputaron lesiones leves, daños a la propiedad del Estado, coacción, desobediencia, liberaron a 21 solo por el criterio de ser mayores o razones de enfermedad, procedimiento inédito en Jujuy. Y mantuvieron presos a Óscar (y tres personas más) durante 9 días, a pesar de las advertencias hechas a la policía y al juez acerca de que Óscar estaba cumpliendo tareas de cobertura periodística (Óscar se identificó como periodista cuando lo levaron a la Comisaría; asimismo su defensa presentó sus acreditaciones de prensa que no fueron tenidas en cuenta). En lo que ya viene siendo una constante, se intenta infundir miedo sobre aquellos que registren y transmitan los desmedidos operativos y la violencia policial en los procedimientos. Y siempre bajo ambiguas figuras como “resistencia a la autoridad”, “intimidación pública” y otros comodines. Haya o no pruebas, porque en la Guerra de la Posverdad todo vale.

Nueve días preso, con poca información. Se les imputaron en general los delitos mencionados, pero nunca hubo detalle de cuál es la acusación que cae sobre cada uno. De hecho, eso hizo imposible la defensa, porque no se informó nunca sobre qué hechos concretos debían defenderse: “Es imposible que cualquiera de estas personas imputadas quiera declarar algo en su defensa porque ni siquiera sabemos de cuál de estos delitos las están imputando. En principio están imputándole todos los delitos a todos”, nos señala el abogado de Delgado, Mario Polanco. Fue una imputación genérica colectiva. De hecho, con los cuatro detenidos ya varios días, aún estaban armando el expediente. Y ni su abogado pudo ver el acta de detención policial de su defendido.

Presentado el cese de detención, fue aceptado pero el juez Jorge Saman se tomó un par de días más para firmarlo, en otra operación de desgaste que también se está haciendo habitual.

Óscar ya está en libertad, pero sufrió 9 días preso –incluida la Navidad— por comunicar un procedimiento violento por parte de la policía. Y de ahora en más deberá enfrentar una causa judicial, por lo que lejos de cerrarse una pesadilla, se abre otra. Ya no se trata de un caso aislado, sino de una política de amedrentamiento cuyo mensaje es “no te metas, no hagas lío, y mucho menos informes sobre la ilegalidad y violencia con que las fuerzas policiales enfrentan la protesta”. La comunicación comunitaria y alternativa es uno de los sectores que está siendo más castigado en este sentido, por su cercanía con los conflictos, su identificación y por ser quienes ponen el cuerpo para registrar y narrar lo que sucede allí donde las tapas de los grandes diarios no quieren llegar.

Foto: Kaosenlared

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