La Colectiva

Entrevista con Diego y Nacho de Radio La Colectiva, Ciudad de Buenos Aires.

¿Cómo se sostiene económicamente La Colectiva? ¿Qué ingresos generan para sostener la radio?

Nosotros tenemos, mayormente, lo que es aportes personales y de las producciones. Para lo que es las producciones, lo que llamamos el “bono contribución” para diferenciarlo en el nombre de lo que es el alquiler por hora de un espacio. Por la forma que tenemos nosotros de elegir esos espacios y que además no sea una característica que indique si el programa salga o no al aire.

Y después hay un aporte personal de los que estamos: algunos estamos en la estructura de la radio, para decirlo de algún modo (también hacemos programas) y también puede haber gente que no esté participando en un programa y tienen su aporte personal. Esos son 2 pilares de financiación del día a día, casi centrales.

Después, las actividades, que en los últimos años son menores (tipo fiestas, peñas). El año pasado hicimos una comida, a 100 pesos por plato. Esas son menores pero en algún momento inyectaron más dinero en La Colectiva.

Y los últimos 2 años, o básicamente uno (toda la plata entró en 2015), todo lo que es subsidios, concursos. Ganamos el de la Defensoría del Público. Eso sería por el lado de financiación desde el Estado. Ese concurso fue muy extraño, fue una forma de compensar lo que AFSCA no hacía en ese momento. Porque repartieron un montón de plata por una producción muy chica, a un montón de gente. Eso fue en 2013 cuando hubo muchas críticas al FOMECA. El FOMECA ese año se lo dieron, muy poquito, y a los absolutamente amigos. Y para mí la Defensoría salió a corregir esa desigualdad y armó este concurso, donde la plata en ese momento era importante, de hecho a nosotros nos permitió comprar un transmisor, por una producción de veinte minutos.

Y después FOMECA: después de varias discusiones, durante fines de 2014, decidimos presentarnos y ganamos 2014 y en 2015 varios.

¿Discusiones internas?

Sí, hubo varias discusiones, antes, durante y después. Porque, en sí La Colectiva cuando se planteó la financiación… o sea, el modo de construcción horizontal tiene características que la hacen diferente. Por ejemplo: nosotros no consideramos que los programas sean producciones propias o externas. Nuestra definición es que todo programa que se suma, es parte de La Colectiva. Y en tanto tal tiene lugar abierto para ser producción propia. En la realidad pasa que: algunos se integran más y otros menos. Nosotros decimos que si estás en La Colectiva, sos propio. Si después se integran a los espacios de gestión, pasan varias cosas. A veces hasta se van los programas y quedan personas.

Siempre tuvimos, y fue una decisión desde el principio, un aporte voluntario por hora. Que está calculado en función de los gastos que tenemos, que en general son meramente operativos y cubren lo operativo, demasiado al límite a veces. Depende la cantidad de programas. Nosotros hacemos a principio de año unos gastos estimados, que son luz, teléfono, Internet. Y hace 3 años hacemos un aporte al operador. No lo consideramos un salario porque no da el monto para que sea un salario. Es un aporte de tipo viático, por hora. Que igual, por las referencias que tenemos, está siendo de los más altos que se pagan en el sector PYME por lo menos, no ya comunitario. Ese monto que nosotros estimamos que no es suficiente para un salario, es más de lo que se paga como salario en otras radios (radios privadas comerciales). Esos son nuestros gastos.

Ahí hacemos la cuenta de cuál podría ser el estimado de horas mensuales y cubrimos los gastos: luz, teléfono, Internet, hosting, etc. Y está el aporte, que es voluntario y no condiciona la salida al aire, como también puede haber aportes no económicos, de laburo en áreas que necesite la radio.

Y desde el principio, como radio, todo lo que era publicidad no lo consideramos una opción; al día de hoy sigue sin ser una opción que nos interese. Más allá de que sí aceptamos el patrocinio y el auspicio, si bien no se da mucho, los programas lo pueden conseguir. Los auspicios, más o menos dimensionados a lo que es el proyecto de la radio: no publicidad oficial, no grandes corporaciones ni multinacionales, ni industrias que atenten contra los derechos laborales, medioambientales, etc. Todo lo que se contraponga con lo que nosotros pensamos no estaría en el marco de lo aceptable. Eso es en cuanto a los auspicios: no es la radio que contrata sino son los programas. En general lo que consiguen es un auspicio de una pizza, una heladería… Y en general nos pasa que cuando los programas dejan de salir, muchas veces sus cuentas quedan en rojo. No salimos a perseguirlos. No es condicionante para salir al aire. Sí cuando hay un atraso grande, charlamos cuál es el problema. Eso lo hacemos con todos, desde el primer día.

El aporte se divide en dos partes: una parte va para el operador casi directamente, la otra para la gestión de la radio. La radio puede ceder la parte que le corresponde, pero no que falte la del operador. Hay otros programas que salen al aire sin aportes. No es condicionante. Pero tratamos de que el espacio, que es un espacio de confianza, donde si hay alguna dificultad, se cuente.

Y también los subsidios: hubo una serie de vueltas, respecto a si tomarlos o no. Primero discutimos si tomar del Estado o no subsidios. Y en qué tipo de subsidio o de qué forma se otorga. No nos interesan subsidios directos, a dedo. No es algo que buscamos. Sí lo que sea concurso, como el de Defensoría. Y siguen sin interesarnos los que son a dedo, o con objetos diferentes a lo que hacemos: es decir, hay organizaciones que pueden ir a un plan de vivienda, y destinarlo a un medio de comunicación. Eso, por ejemplo, no nos interesa. Sí los que tienen que ver con lo que hacemos: actividades de comunicación, actividades culturales. No nos interesa otro tipo de promoción. Que en otras organizaciones no se usa, a nosotros no nos parece reutilizar fondos de una cosa para otra.

Cuando se discutió la ley y se aplicaron los FOMECA, lo discutimos y decidimos que, como venía en una ley que habíamos luchado por su sanción, que era un concurso y era para hacer comunicación. No participamos en los primeros, un poco por falta de organización, por papeleo que tuvimos que ajustar, y después nos empezamos a presentar.

Y empezamos a discutir en dónde nos presentamos. Una de las cosas que charlamos es: no destinar ningún subsidio a gastos ordinarios o corrientes: el aporte del operador, el pago de servicios, más allá de que algunas sirven para presentarlas. Pero que nuestro sostenimiento cotidiano no dependa del subsidio. Por ejemplo, no nos presentamos al FOMECA del servicio informativo, porque no consideramos que estaba en nuestro alcance económico sostenerlo en el tiempo, más allá del año subsidiado.

La discusión quedó en: si lográbamos desarrollar alguna forma para sostenerlo después del año de subsidio, sí podíamos hacerlo. No hay garantía de que pueda volver a salir. Y si hubiéramos presentado, de hecho… no hubiéramos cobrado nada aún. Y además comunicacionalmente queda mal… porque el servicio informativo lo queremos hacer para tener uno. Más allá de que haya compañeros y compañeras con necesidades laborales.

Y esas son definiciones que fuimos tomando en la discusión colectiva: nada que nosotros pudiéramos hacer, en la cotidiana, nos presentamos. Sí a todo lo que sea extraordinario: todo lo que puede ser infraestructura. Conseguir un subsidio para, por ejemplo, arreglar un baño, que lo hicimos. El baño queda; es algo que queda.

Para financiar producciones que hacemos, de hecho todas las que ganamos las veníamos haciendo antes y se siguieron haciendo. No dependían del subsidio. Un par de campañas que las hacemos igual, pero algunas de ellas las podemos hacer por FOMECA.

No nos presentamos en los FOMECA de gestión. Sobre ese tenemos una charla pendiente, respecto a los alcances. Por lo menos, como lo veo yo, es un FOMECA para mantener la planta laboral, administrativa, de un medio. Porque está pensado para que el 80% vaya a honorarios, y principalmente administrativos, legales, contables.

Esas son un poco, las patas. Después tenemos algún financiamiento muy menor: como donaciones, alcancías, venta de remeras, de alguna producción.

Este año volvimos a hacer un taller con algún aporte, que no hacíamos desde 2006. Pero no son centrales. Los centrales son el aporte voluntario por hora de emisión y los aportes personales.

Y en el caso de dar un taller, eso que recaudan ¿lo usan para algo concreto? ¿O es al revés: quieren hacer algo y piensan cómo solventarlo y hacen un taller? ¿O suma a las arcas de la Colectiva como un ingreso más?

En realidad, con el taller fue que pasamos a hacer talleres internos. Y a la vez pensamos que, por ejemplo en un taller de operación, que surjan compañeros que se sumen a los operadores. Y este año pensamos y decidimos abrirlo, y nos sirve como forma de difusión, para atraer gente. Funciona, como funciona en nuestros medios: hay un pibe, que no es de La Colectiva, que ya se sumó a un programa y a operar. Y una chica que se sumó a operar. Para nosotros, ese es el objetivo. Y la poca plata que queda, para sumar.

Y lo que sean remeras, el objetivo es la autoreproducción: se venden todas las remeras, se usa la plata para otra tanda de remeras. A veces no se puede sacar. Pero el objetivo en general es la autoreproducción. Con las remeras, los stickers, la gráfica. Cubrimos todo el proceso.

Después, el laburo, es mucho laburo nuestro. Hay poca contratación de servicios, salvo para el baño, que con el FOMECA se contrató casi una empresa. Un arquitecto con un equipo, sobre todo por la colocación, plomería, etc. Después el mantenimiento, la parte eléctrica la hacemos nosotros (salvo el transmisor). Todo lo que sea computadoras. Casi todo el laburo, lo hacemos nosotros porque tenemos la ventaja de tener experiencia en varios de esos temas y eso nos da una ventaja en que no tenés que estar contratando a alguien para que te instale el estudio o para acustizarlo. Lo eléctrico, lo hicimos nosotros, y hace poco hicimos la reinstalación completa desde la calle.

El número de los aportes, sean personales o de programas, ¿eso lo definen de acuerdo a lo que proyectan gastar en el año?

Es bastante operativo. Primero proyectamos un volumen de horas. Hay un tema: si después hay menos programas, los números quedan mucho más “finitos” y a veces se van para abajo. En general tenemos una estimación más bien conservadora.

Ponele que el último año, son veinte horas semanales de programas. Entre veinte y treinta es lo que venimos haciendo desde que estamos, creo que fue veintisiete el número más alto. Y a veces tenés quince a diecisiete horas por semana. Que pueden ser: entre siete y ocho programas a quince o veinte programas.

Hacemos un estimativo, que es alrededor de veinte horas. Definimos un aporte para el operador, el valor ese. Ahí tenemos una base del gasto de operación. Proyectamos los gastos (teléfono, Internet, luz, hosting), tenemos aproximado un número. Algunos los ajustamos, por ejemplo el aumento de luz de ahora se nos fue de cálculo. Este año venimos medio en rojo. Se bajó la cantidad de programas y a la vez tuvimos, en el Cid, casi 500-600% de aumento de luz. El edificio completo pagaba 800 o 900 pesos por mes y ahora pagamos 5000 entre todo el edificio. Hay un sistema de reparto pero a todos nos aumentó 500-600%. Nosotros habíamos estimado un 100-150% de aumento, pensando en la racionalidad de algunos que no la tienen…

Pero otros años, más o menos, ya podíamos calcular los gastos. Viendo cuánto se mueve cada año, etc. La proyección puede fallar, cuando los aumentos son irracionales… Eso en general lo terminamos de definir en marzo.

¿Y tienen alguna otra instancia para ajustar durante el año? ¿Se vuelven a juntar por este tema?

Esa proyección, salvo algo muy grave, en general se hace a principio de año. Se empieza a mirar en diciembre, se va charlando y en general en marzo, los montos que establecemos, tanto por persona como por programa, definimos: a partir de ahora sale esto y el voluntario es esto. Y salvo que esté muy mal, no reajustamos a mitad de año.

Y siempre estamos mucho más abajo del resto de las radios, sean por Internet o no, así que nos manejamos con un esquema que está bastante justo. Siempre está pensando que no sea un aumento de la hora enorme. Porque ya hay algunos proyectos que, al momento de presentarlo, que les cuesta. Y ahí uno trata de mediar… Eso es un tema con las propuestas nuevas. Es muy difícil decir “empezá sin aporte y vemos después”. Muchas veces no se sabe, es parte de una apuesta al espacio, que aporten lo económico.

No es un aporte sustancial, respecto de lo que hay en otras radios (sean por Internet o por aire), estamos muy por debajo. Nosotros, algunas cosas, respecto de otros medios tenemos una “falla” que tiene que ver con las personas dedicadas: salvo el costo del operador, nosotros no cubrimos salarios, incentivos o viáticos de nadie más. Y algo que nos cuesta mucho, si bien lo abrimos a todas las personas que forman parte de la radio, es todo lo que requiere cierta rutina, nos cuesta muchísimo. Por ejemplo, en otras radios hay una persona encargada de cortar audios, subirlos a la web, elaboración de notas, desgrabaciones. En otras radios eso lo hacen rentado. Nosotros lo hacemos como aporte. Lo ponemos en juego en la asamblea, para que lo vayan haciendo. Y eso tiene desarrollos dispares. Nos cuesta mucho esa rutina a lo largo del tiempo. Y ahí uno puede entender la diferencia de costos, que encontrás en diferentes medios, por más que tengan menos prestaciones que las que desde la radio ofrecemos, pero porque tienen más personas que subsisten con ese ingreso (y a veces también más gastos).

Por qué el esquema de los gastos, porque para correrlo un poco de un discurso que parece muy épico: si nosotros tuviéramos que pagar el alquiler del Cid, tal vez pensaríamos en publicidades oficiales. Cambia el número.

Tal vez no, te entra solamente una pizza y una campera, pero te obliga a pensar. Conocemos los costos de La Tribu, ustedes también los conocen. Todo eso te obliga a pensar estrategias diferentes. Nosotros estamos en la Red (RNMA) y todas las radios de la red tienen diferentes estrategias para conseguir recursos.

También tienen un esquema de gastos que hace posible el proyecto sin demasiado despliegue…

Por un lado, lo único que pagamos de servicios es la luz. No pagamos el alquiler del espacio. Sacando eso, que son gastos que no tenemos, ¿dónde puede crecer el proyecto y que se enriquezca? En personas fijas, haciendo tareas concretas de manera rutinaria. Eso no lo estamos haciendo. Por eso nuestros costos, que son el operador, teléfono, hosting, etc.… son ocho ítems. Es eso. En eso incluimos la papelería de la asociación civil que tiene costos anuales y lo incluimos. Después de mucho tiempo de desidia interna, decidimos contratarlo externamente.

Cuando empezamos, por distintas cuestiones, decidimos ser una asociación civil. Por nuestro origen, que venimos de un espacio donde nos fuimos con las manos vacías, se quedaron con el equipamiento y por eso decidimos hacer una asociación civil. Para evitar problemas. Y los bienes más importantes son de la asociación, no de ninguna persona ni del que tiene la llave. Y desde ese momento, una compañera nos ayudó en el proceso inicial. Después ella falleció, estuvimos como tres años sin hacer los papeles. Luego recuperamos los papeles y no avanzamos. Es otra de las tareas rutinarias, que no tiene que ver con el contenido del medio; esa también nos cuesta un montón.

Y entonces, en un momento, cuando ganamos el premio de la Defensoría, dijimos de poner en línea toda la papelería. También para presentarnos a los FOMECA. Y entonces contratamos a una ONG de contadores y abogados, que se encarga de asesorar a otras ONGs, con un precio bastante módico. Nuestro esquema es bastante básico, salvo el año que entraron los FOMECA, no tenemos muchos ingresos ni egresos. Por un monto nos gestionaron todo, y ahora son de referencia. Eso tiene un costo, además de los costos de la papelería, de honorarios. Pero los de ellos no son los del mercado y dependen mucho de la guita que uno mueva.

¿Sienten o es parte del objetivo, que el aporte de las personas y los programas, no solo tenga una utilidad financiera, sino de pertenencia? Más allá de lo económico… ¿Los acerca a entender e identificarse con el proyecto?

El aporte económico no ha generado un mayor acercamiento. La participación está abierta, mucho depende la iniciativa individual, hay personas que lo han hecho más rápido, otros les cuesta y otros no lo tienen como prioridad.

Nosotros pensamos el aporte como un compromiso mínimo. No queremos que pase lo que pasa cuando te alquilan los espacios: “si ponés la plata salís y si no, no”. Nosotros queremos que en este proyecto, todos seamos parte. Y todos hacemos, además de los aportes de todo tipo, un aporte económico. Como mínimo, hacés el aporte económico. No es central, no es esencial. Si no lo podés hacer, podemos charlar otras formas. Tal vez podés venir a hacer otras tareas, si no podés con el aporte. Ni siquiera hace falta venir a la radio. Pero sí el aporte económico es un compromiso mínimo. A veces pasa que, lamentablemente, hay algunos programas que hacen un uso muy utilitario… y hacen “la escalerita”: (hoy la radio por Internet creció pero…) arranqué en una por Internet, paso a la Colectiva, para después saltar a otra más grande… hasta no sé dónde. Nosotros fuimos alimentadores de Radio Sur y La Tribu, de un montón de programas, como otras radios por Internet, como Radio Semilla, o más chicas, han sido proveedoras nuestras. Ahora, la radio por Internet creció mucho. Hoy hay muchos que ya se quedan en radio por Internet y no les interesa otra cosa.

¿Les pasó que quisieron, como proyecto, tener un gasto extraordinario? ¿Cómo lo solventaron?

Hasta ahora no hicimos una actividad. Por ahí teníamos un “fondito”, que lo tuvimos que usar. Por ejemplo cuando se rompió el transmisor. Y ahora con las subas de tarifas y el “fondito” se está yendo para que los operadores, que tienen su aporte, no dejen de tenerlo a principio de mes. Pero no recuerdo otro más.

Yo recuerdo otro, que fue el primer transmisor. Que se compró por préstamos, directamente. Nosotros nos mudamos al Cid en 2006. Y en 2009 compramos el primer transmisor. Primero hicimos toda la albañilería para montar el lugar, el tiempo pasaba y necesitábamos hacer radio. Como colectivo. Hacíamos actividades pero no llegábamos nunca al transmisor. Por más que sea el más económico, sin homologación, medio casero, nos quedaba un pasito arriba. Y en 2008 se tomó la decisión, para en marzo-mayo de 2009 tenerlo armado.

Veníamos de hacer radio en otro lado. Había quedado un colectivo grande, pero pasó el tiempo y se quedaron los que estaban más convencidos de las necesidades edilicias y de construcción física. Pero muchos que hacían programas empezaron a buscar en otros lados. Y llegó un momento en el que necesitábamos hacer radio. No era sencillo radio por Internet.

Empezamos con el streaming de la Red de Medios (RNMA), con un programa semanal, después un segundo programa. Después un streaming nuestro, no tan bueno pero nuestro.

Y decidimos invertir en esto: no teníamos la guita, faltaba una parte. Y se hizo una convocatoria de prestamistas, internos. Algunos hicimos un aporte un poco más sustancial, que se fue devolviendo. Los mismos miembros, cuatro o cinco pusimos una plata que teníamos, y se fue devolviendo a lo largo del año siguiente. Y esa fue la salida, la única salida que la plata vino de afuera.

¿Y se manejan con tener un fondo por las dudas? ¿No les va el sostenimiento en que un programa esté meses sin aportar?

No, nosotros tuvimos mucho tiempo un colchón de 1000, 2000 pesos y que ahora estará entre 5000 a 7000 pesos. Tampoco es súper relajado, la idea es que no quede en “me colgué” con el aporte. Tratamos que haya un ida y vuelta.

¿Cómo definirían el hecho de la prioridad del operador? ¿Por qué su actividad es prioritaria para recibir un aporte, respecto de otras que también son rutinarias?

Es discutible, nosotros lo discutimos muchas veces eso. Primero partimos de una definición: nosotros queremos garantizar cierta calidad al aire. Entonces, nunca nos gustó, con muy pocas excepciones (son programas que hacen operadores), que haya auto-operación de los programas. Creemos que la calidad de sonido se da porque alguien esté escuchando en los controles. Hicimos siempre un montón de cursos, para que haya siempre una persona ajena a la producción que tenga conocimiento el sonido habitual de la radio: que no salga uno arriba, el otro abajo… Que no sea que cada uno reconfigure los equipos como quiere, y por el cuidado de los equipos mismos. De algo que nos podemos enorgullecer en La Colectiva es que no hemos cagado equipos. Se rompieron por los años o por 380 volts que entraron un día y no correspondían…

Es una cuestión técnica y es una cuestión de que el operador es quien abre y cierra, recibe, tiene los contactos y el seguimiento con los programas, si bien no está bueno que lo haga solamente el o la operadora. También está la cuestión rutinaria: tiene que estar y tiene que estar; es un horario. Eso va definiendo por qué tiene que ser remunerado.

También estábamos en una circunstancia que queríamos ampliar los horarios de posibilidad de que haya programas y el grupo, los que estábamos en Radio Libre (N. del E.: el equipo que gestó La Colectiva venía de participar en Radio Libre), 2005 a 2006, la realidad laboral de los integrantes era diferente: había más tiempo. Después ese grupo, fue teniendo menos tiempo y queriendo que crezca el proyecto. Todo eso fue confluyendo. Y siempre, de 2005 hasta ahora, mantuvimos que no haya auto-operación.

También tuvimos la discusión, y está todavía latente, de que hay otras tareas que merecen ser remuneradas. No avanzamos en esas tareas. Consideramos que la tarea periodística también debería ser remunerada, para el que se dedica rutinariamente. Sobre todo el concepto de la remuneración, o la renta, como lo entiendo yo, va en lo rutinario y en lo indelegable. Lo que es el trabajo: venís en tal horario, garantizás esa presencia y ciertas tareas. La rutina y los horarios relativamente fijos…

Respecto de otras tareas, no logramos avanzar. También eso implica repensar la forma de financiación. Hoy estamos justos y los mecanismos que tenemos no son muy elásticos. No se pueden estirar mucho más para que ingresen más. Hay que buscar otros mecanismos. Quizás en una opción de comodidad, para no buscar otros mecanismos, más una confianza en que va a surgir el equipo de trabajo más cotidiano, que de hecho lo hay, con sus límites porque no tiene una dedicación en un tiempo fijo más rutinario. Todos los elementos, que definieron lo del operador, llevó un tiempo. Arrancamos con un operador, y después los últimos años con dos. Hay un grupo pero hay dos que están fijos.

Y ahora se están formando dos nuevos, operador y operadora. Que se están formando para cubrir por lo menos las suplencias, en primer lugar. Para que no caigan las suplencias en los mismos de siempre, que somos los que tenemos poca disponibilidad horaria. Y tratar de sumar en este sentido.

Respecto de barreras que se encuentran cuando quieren encarar un proyecto, sea cuando empezó la radio o por ahí con algo que quieren proyectar a futuro, ¿la barrera económica está? ¿O se hacen y después ven la parte económica?

Yo soy de la vertiente (Diego) no economicista. Obviamente que hay cosas que sí… Pero depende el proyecto. Muchas cosas se pueden resolver con organización. Lo que pasa es que eso es una discusión. Nosotros venimos de la destrucción del dogma del partido, vertical… Los roles fijos, bla bla bla… Y destruir ese dogma, de forma de organización, es complejo. Una parte va por ahí. La otra por las fuerzas: todos trabajamos… interviene lo económico, los tiempos…

Yo creo que la plata se consigue (Nacho). Es una cuestión de organización, de participación y compromiso. Si el proyecto está bien organizado, con un compromiso y una participación, la guita se consigue de alguna u otra forma. Incluso hasta con préstamo… Ir a pedirle a los tíos… no importa. No me parece que lo económico sea una barrera inicial. Sí es una barrera de crecimiento, a lo largo del tiempo, sobre todo en medios de comunicación.

Solo tenemos un límite hoy, que no podemos superar, que tiene que ver con la no presencia de gente que esté trabajando en la radio. Ya vamos a cumplirdiez años y seguimos haciendo de 18 a 23 horas. Empezamos el fin de semana, fuimos agregando días… Hoy nuestro techo, más allá de si está cubierto o no, es de 18 a 24 de lunes a viernes, y el sábado. Los domingos tratamos de no hacer programas… Eso es un techo. Y ahí sí veo un límite, que lo económico juega. No respecto de la radio (chequear ese “no” parece contradecirse con la frase anterior). El problema es cómo tener las personas dedicadas, en un sistema capitalista, donde requieren del trabajo cotidiano para su autosustento.

Por ejemplo: si quiero tener programación desde las seis de la mañana, que nos encantaría, tengo que tener gente de lunes a viernes, la operación, producción, conducción. Todo ese equipo de las 6 a las 9, un horario clásico. Hoy no hay esa fuerza. Sería la barrera del crecimiento económica, en ese sentido. Y en otros aspectos es organizativa, de generar eso. Por ímpetu individual, muchas veces se va sumando gente. Entonces la gran incógnita es cómo el colectivo genera ese interés para que se sumen otros más, para que se integren de alguna manera. Pero sí, pensándolo con la programación es esencial. Es fuertemente económica.

No porque necesites la plata para la radio. Además necesitás que las personas puedan sumarse: se te achican las posibilidades. En cambio, si podés tener gente, con un horario de cuatro horas rentadas, haciendo algo que les gusta, ahí podés ampliar. Lamentablemente veo que no hay otra salida, para cubrir eso. Dependés muchas veces de las características de las personas, sino. Personas que vivan de rentas y se quieran dedicar, pero no hay 18 personas para cubrir todo el día, haciendo una cuenta rápida.

El obstáculo económico es chocar contra el mercado…

Claro…

¿Cuál es la relación de La Colectiva con el mercado?

Nos chocamos…

¿Y la publicidad?

Esa discusión… A ver… Tratamos de que no sea un eje de nuestra forma de financiamiento. De hecho, hoy no lo hacemos. Pero hay unos límites, que esa decisión está jugando en esos límites. La publicidad quizás te genere recursos pero tiene un tema condicionante: para mí siempre es condicionante, por más que el Estado esté obligado a dártela. Siempre es condicionante porque si hay alguien que sabe, que su sustento cotidiano depende de que esa publicidad esté o no esté, van a haber mecanismos de autorregulación, autocensura podemos decir, funcionando… Por eso la publicidad es condicionante siempre. También hay que laburar mucho para tener publicidad, contabilidad, seguimiento… más tareas rutinarias, que nos cuestan mucho. Una cosa es un auspicio… Tal vez algunos tenemos, cobramos en especias por ejemplo el de Red Tacurú, con los productos de la economía social y solidaria. Son cosas que aportan…

Pero es un intercambio porque creemos en el proyecto. Como hemos tenido otros, en nuestra tanda. Eso es lo más cercano a la publicidad que hemos tenido. No es algo que hoy estemos pensando. Pero insisto, todo depende en cuánto queremos avanzar en la escala nivel 24 horas del proyecto. Los límites están ahí. Nosotros no avanzamos sobre publicidad u otro tipo de subsidios. Los FOMECA eran muy específicos y particulares, con lo cual no valía la pena dejarlos pasar estando ahí. Sobre todo con el argumento que se lo iban a llevar otros con otros discursos. Nosotros no dijimos nunca “no absoluto a la pauta”. De hecho planteamos que es necesaria una regulación de la pauta oficial. Pero que cada uno decida si quiere o no quiere hacerlo. Esa decisión marca también los límites a los que llegás en las necesidades económicas que los proyectos requieren.

Lamentablemente estamos en una sociedad capitalista donde la subsistencia es por el trabajo, remunerado, y contra eso estamos en el fondo compitiendo. Porque alguien que quiere aportar a la radio, tiene que aportar gran parte de su vida, a aportar a su subsistencia en el mercado laboral, y en el resto del tiempo se dedica a la radio. Si queremos que se dedique gran parte del día a la radio, tenemos que garantizarle su subsistencia. Ese es el límite y ahí empieza a jugar: la publicidad, los subsidios, el financiamiento internacional… que tampoco le dimos mucha bola nosotros. Eso empieza a jugar para hacer crecer el proyecto.

Hoy estamos en un proyecto que tiene estos límites, los reconocemos, y consideramos que, por lo menos hoy, no están las condiciones para ampliar los límites que tenemos.

Y con la idea comunicacional de que las producciones tienen que tener una constancia. Porque puede que no te interese eso o la prolijidad. Ahí está jugando eso. Pero no es lo ideal nuestro.

Y si quisieran pasar a un proyecto de 24 horas…

Sí, en vivo, porque la grilla tiene 24 horas, aclaremos eso. Tenemos retransmisiones de programas que se emiten en otro lado. La grilla tiene 24 horas variadas, de contenidos. Lo que hablamos siempre es producción en vivo, en la radio.

No sé si lo tienen discutido, de pasar al escalón de las 24 horas, o de saltar un escalón como radio, ¿cómo juegan estas cuestiones económicas de decir “pasamos o no pasamos?” Porque además se meterían a debatir sobre un montón de cosas que, son estas que estamos charlando…

Creo que el objetivo está, de ampliar las horas de vivo. Lo que pasa es que me parece que por la misma dinámica que se viene dando, no están las cuestiones organizativas garantizadas. Me da la sensación de que cuando las cosas te empiezan a quedar chicas, está la masa crítica para expandir. Y creo que hoy, con todo lo que se viene dando, todavía no nos queda chico esto. Porque no crecimos en cantidad de gente participando, que esté necesitando espacio. Entonces, seguimos en un número muy similar al que cuando empezamos, de cantidad activa de gente sosteniendo el proyecto. Para más horas necesitás más gente. Cuando nos quede chico, ahí me parece más natural la ampliación. Si podemos llegar, no lo sé, como objetivo, de tener la primera mañana. Las ganas están pero no está la masa crítica de participación, compromiso y organización para hacerlo.

¿Qué relación tienen con los oyentes? ¿Les interesa tener muchos?

Es un tema… Por ahí el interés inicial de que determinado tipo de mensajes lleguen a la mayor cantidad de gente, y no al círculo conocido. Me parece que ese interés está… por más que haga ruido hablar de masividad. En definitiva uno quiere que determinados mensajes e ideas, todo lo que está fuera de la agenda de los medios masivos que difundimos los medios comunitarios, llegue a la mayor cantidad de gente.

Todo el tema de la audiencia, creo que nos falta un montón de debate y laburo, lo venimos trabajando. Nos ha costado ingresar a redes sociales en donde hay que echarle el ojo hoy en día, porque si no, te estás perdiendo un poco de la película.

Pero el interés está. Pasa que hay que dedicarle una reflexión, una discusión e iniciativas. Este año empezamos un poco más fuerte con el tema de difusión, en redes sociales, y estamos teniendo iniciativas para abrirnos un poco más al barrio que es una dificultad en nosotros, porque hay a veces pruritos en la ubicación geográfica donde estamos y eso…

Pero es siempre esquivo encontrar el oyente, porque no tenemos mecanismos de medición. Vos tenés una sobrecarga de información para la persona, hay múltiples fuentes que le llegan, y es difícil llegar. Llegar con repercusión. La verdad es que la principal repercusión es vía redes sociales. Creemos que nos falta laburo ahí para potenciar eso. Pero es muy difícil, muy esquivo. Nosotros apuntamos a un oyente al que podamos transformar, que no esté transformado. Alguien que pueda descubrir… Alterar los sentidos instituidos, decíamos desde el principio. No modificar solo el sistema sino las formas de relaciones entre las personas. Y esa alteración requiere un oyente que se transforme con lo que escucha y entonces es más difícil de encontrarlo. Tal vez uno que ya está convencido de que hay que hacer las cosas de otra forma, es más fácil. Después llegas a oyentes que no se transforman: les gusta una banda y te escuchan por eso. El oyente al que apuntamos es el que podamos transformar: que el mensaje que transmitimos, le permita entender la realidad de otra forma. Y eso es más esquivo todavía.

La Colectiva

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