La radio comunitaria y la radio pública: distintas pero parecidas

¿Puede haber más integración entre la radio pública y la radio comunitaria?

Quizás hayamos sido víctimas del narcisismo de los académicos que buscan destacarse a partir de la instalación de términos, que suenan lindos y novedosos, pero que dicen lo mismo de siempre. Lo cierto es que el término de radio social que utilizamos en el CPR nos permite englobar experiencias, en apariencia disímiles, pero que tienen muchos puntos de coincidencia. De este modo, al hablar de radio social, nos referimos de forma rápida a radios comunitarias, radios alternativas, radios populares. Pero también nos permite integrar allí a las radios públicas.

Las preguntas que esperamos que estén sonando en la cabeza del lector son: ¿por qué nos interesamos en la radio pública junto a las otras denominaciones? ¿Hay razones para juntarlas en la misma bolsa? Las respuestas a ambas, esperamos, son las mismas.

El término radio social es flexible y abarcativo. Se opone al de radio comercial, pero a partir de características propias y por la positiva. Las motivaciones generales ideales de todos los tipos de emisoras que podemos encontrar allí, son las que nos permiten agruparlas. Pues bien: ¿en qué se parecen la radio pública y la radio comunitaria, alternativa, ciudadana?

1- Son sin fines de lucro: ninguna de las radios que mencionamos tienen fines comerciales. No significa que no manejen dinero o que no tengan ingresos. Pero no acumulan capital como ganancia.

2- Tienen objetivos sociales: tanto las públicas como las comunitarias, tienen su razón de ser en una vocación social múltiple, que incluye el fortalecimiento de derechos, la divulgación cultural, su rol educativo, la ciudadanización del ciudadano, el buen entretenimiento. Estos son los nortes con los cuales trabajan estas radios, y no el rating. Y esto se expresa, en principio, en los contenidos al aire.

3- El lugar de la experimentación: al no perseguir el impacto numérico, hay más tiempo y libertad para constituirse como lugares de experimentación en diferentes formas:

  • Tecnológica: aquí la radio pública tiene la ventaja presupuestaria, que aunque nos digan que en muchos casos es magra, les aseguro que es mejor que la de las radios comunitarias o ciudadanas.
  • Artística-estética-narrativa: en la producción de contenidos. No tienen que perseguir rating, pueden innovar, y hasta deben hacerlo como una forma de destacarse por sobre la radio comercial y sus fórmulas repetidas. Ficción, radioarte, experimentación sonora tienen más lugar en experiencias de radio social.
  • Así, el abanico que es el término radio social, nos permite vincular más estrechamente a las radios comunitarias, alternativas, populares, con las nacionales, municipales, universitarias. Esta pequeña modificación conceptual nos permite tener otra mirada sobre su posible relación, sus roles, y la posibilidad de integración y alimentación mutua. Nos interesa que la radio pública sea más diversa y democrática. Nos interesa que la radio comunitaria sea más fuerte. Nos interesa, entonces, pensar en una radio social mejor y más integrada.

    Así, podremos trabajar en futuros textos sobre cuestiones en las que pueden fortalecerse mutuamente, siempre entendiendo sus diferencias, y que un buen funcionamiento de todas ellas, idealmente repercutirá en una comunicación más democrática y plural.

    La radio comunitaria y la radio pública: distintas pero parecidas

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