Los ausentes en la política de comunicación del macrismo

¿El gobierno ignora el status constitucional de los estándares internacionales sobre libertad de expresión y el derecho a la comunicación, o se trata de una lectura sesgada voluntariamente?

Las condiciones y vínculos que habilitan y propician los medios comunitarios e indígenas son muy distintos, incluso contrarios a cualquier medio comercial. Los motores que los movilizan son otros, los objetivos son otros.

Un discurso de las comunicaciones, no tan nuevo, descansa en la convergencia y en la creencia de que nuevas y mejores conexiones tecnológicas decantan en una sociedad mejor comunicada y entrelazada. Ese parece ser el que predomina en las decisiones gubernamentales actuales. Sin embargo, quedan relegados, negados de plano, sectores que luchan por salir de la oscuridad comunicacional desde hace mucho tiempo, que no se verán sustancialmente favorecidos por las modernizaciones en carpetas que se trae el nuevo Ministerio de Comunicaciones ya que tienen otras demandas y urgencias que se vieron arrastradas con las modificaciones recientes. Vale decir que no fueron suficientes esas garantías para hacer cumplir su derecho a la comunicación; sin embargo, eran válidas como señales visibles de que aún había tarea por hacer. Frente a este nuevo panorama, a los medios “pequeños”, como los llama el ministro Aguad, se les ofrecerá una “ayuda” y no —por lo menos hasta el momento—, condiciones reales y concretas de crecimiento y autonomía.

Más allá de asuntos legales y legislativos, los medios de comunicación alternativos, indígenas, campesinos y urbanos, no aparecen en América Latina por generación espontánea, sino como el resultado de la presión y explotación del Estado y los más poderosos sobre aquellos carentes de herramientas para hacer valer su lugar, sus tradiciones y sus derechos. Esos medios son hijos de la opresión y la injusticia que han derivado en experiencias felices y positivas, para dar un espacio nuevo de intercambio más equitativo con los otros.

El nuevo gobierno desconoce las trayectorias complejas de estas experiencias al concebir al espacio de la comunicación como un mercado de oportunidades para ejercer la búsqueda del lucro económico y, además, entendiendo a los medios comunitarios como pequeños, como si se trataran de pymes o microemprendimientos. Las condiciones y vínculos que habilitan y propician estos medios son muy distintos, incluso contrarios a cualquier medio comercial. Los motores que los movilizan son otros, los objetivos son otros. Sin entender y reconocer esos aspectos, jamás una legislación de la convergencia contemplará a todos los miembros de esta sociedad en el campo de la comunicación.

Los ausentes en la política de comunicación del macrismo

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