Bajo la premisa de que los objetivos de una radio comunitaria solo se pueden dimensionar exitosos en la medida en que sumen oídos y lleguen a cada vez más personas, se establece la necesidad de atender a la cuestión de la calidad en las programaciones.
Para intensificar la calidad en la producción de la radio, habría que atender por un lado, a la diversidad en la programación, tanto en las temáticas de los programas como en la variedad de formatos. Por otro lado, a la calidad propiamente dicha, en dos aspectos: el técnico y el estético-artístico.
Una propuesta incluiría como base una reflexión del equipo de cada radio acerca de estos puntos y la necesidad de intensificar estos aspectos. Y tener siempre presente si la radio posee un equipo de coordinación que pueda producir, y además utiliza producciones ajenas a la radio y posee programas producidos por terceros. Hay que dimensionar estos tres tipos de producción y posibilidades a la hora de intensificar los aspectos a los que nos referimos aquí.
Como primera medida, luego de la reflexión de la radio, y tomando separadamente los puntos a intensificar, habría que hacer un análisis general de la programación. Prestar atención a responder una pregunta básica: sobre qué temas hay programas en la grilla de la radio. Y vincularlo con la reflexión previa en la que deben surgir ideas de qué temas no representados interesa a la radio que estén.
Las radios, a través de la producción de campañas y otras piezas, que se pasen durante los programas, pueden por un lado darle un hilo a la programación y, por otro, suplir algunos temas faltantes.
Con respecto a la diversidad de formatos, quizás sea algo más difícil de llevar a cabo. Las radios que poseen programas producidos por terceros, podría recomendarles la producción e inclusión de variaciones en los formatos. También podría hacerse un análisis, y si un programa contiene muchas entrevistas y flaquea en informes especiales, proponerle que piensen uno y lo produzcan en la radio. Quizás sea lo más difícil, porque depende de lo que los programas independientes puedan y quieran hacer. Pero una recomendación de tipo editorial desde la misma radio puede ayudar a ver otras posibilidades y fomentar la variación de formatos para así no anquilosar el oído de los escuchas.
Las radios que posean espacios libres en sus programaciones pueden aprovecharlos para programar allí las producciones —propias y ajenas— de distintos formatos, sobre temas que se consideren faltantes, más allá de si logra o no conseguir la inclusión de programas semanales sobre estos temas.
Para agregar formatos, la misma radio, fuera de los programas, puede producir informes, entrevistas, especiales, campañas y emitirlas en los espacios en los que no hay programas. De este modo, la línea editorial de la radio puede expresarse y pueden agregarse formatos que falten en la programación global.
También, para la diversidad de temas y formatos es útil la existencia de organizaciones que producen contenidos para su libre difusión. Éstas suelen producir distintos temas y ofrecer la posibilidad de elegir entre programas, microprogramas, entrevistas, micros, etc., gratuitamente y muchas veces descargándolos de Internet.
Con respecto a la calidad técnica, las capacitaciones a los productores independientes y miembros de las radios son muy importantes. En este sentido, la radio debe tener una serie de pautas de producción que unifiquen las calidades y tiendan a ser de excelencia. Estas pautas concretas, de no tenerse, pueden incluir la idea de tener siempre presente la utilización de parte de los fondos y recursos en mantenimiento de la consola, en mejoramiento de los micrófonos, en actualización de computadoras y softwares. A su vez, se agrega la utilización de herramientas informáticas para la edición como por ejemplo el reductor de ruido, filtros para darle más cuerpo a la voz, y guardar las producciones propias en máxima calidad (256kbps 44.100 Mhz). También, que las producciones que se descarguen de Internet, en lo posible, que no bajen de 128Kbs. Atender también a los detalles en las locuciones, grabar hasta que sean óptimas; y los detalles en la edición: en la depuración de los audios crudos, en la utilización cuidadosa de cortinas para que no tapen la voz, etc., etc.
En lo estético-artístico, preguntarse por la identidad sonora de la radio. Si la tiene, explotarla y tomar como intención que los programas sean compatibles con esa identidad. La producción de campañas institucionales de la radio, y su utilización como regla en los programas independientes como mencionábamos antes- también puede ser una forma de darle hilo estético a la programación, más allá de la forma de producir de cada programa y la posibilidad o no de que toda la programación responda a una identidad.
A su vez, utilizar la mayor cantidad de elementos del lenguaje radiofónico, variando constantemente. Hoy la Internet permite acceder en poco tiempo a audios que se necesiten, como discursos, música, efectos, declaraciones, y a su vez información con la que guionar las producciones. Con todo esto, debe aspirarse a la originalidad en lo estético. Es preferible tardar un día más en hacer un informe que emitir un informe aburrido, desprovisto de originalidad y poco atractivo.
Con una programación con el nivel de integridad que la radio considere, aspirando a ofrecer variedad para la escucha y elevando la calidad de lo producido, puede irse a la búsqueda del oyente, que a través del interés en un tema en particular vea en la radio un espacio de información y entretenimiento de calidad y la adopte para escuchar todos sus programas. La especificidad de la radio, que hace que los oyentes tomen una frecuencia, la hagan propia y la hagan su compañía durante todo el día, juega a favor para una vez acercado el oyente por un tema, pueda hacerse oyente de toda la radio. Para esto vendrán la difusión, la publicidad, el boca en boca y las actividades complementarias de la radio en la comunidad. Pero habiendo trabajado antes en la calidad, la mitad del camino está hecho: se estarán ofreciendo contenidos que hagan que el oyente no cambie el dial y se integre entonces al camino general de construcción que toda radio comunitaria se plantea, y en el cual es imprescindible hacerse conocer, ser escuchada y poder abrir las puertas a múltiples expresiones.
Resumiendo, una propuesta que aspire a acrecentar la cantidad de oyentes de una radio, podría empezar con la maximización de la calidad y diversidad de los contenidos. Para esto, los pasos propuestos son:
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- Reflexión interna en la radio acerca de la situación actual y las necesidades respecto de los objetivos.
- Buscar incluir temas que estén ausentes en la programación y se contemplen como necesarios: ya sea a través de programas nuevos, como producciones de terceros o producciones propias
- Buscar utilizar todos los formatos radiofónicos posibles, explotando las herramientas del lenguaje radiofónico: ya sea a través de producción propia, como de terceros o de recomendaciones a los programas independientes.
- Tener en agenda la innovación y capacitación tecnológica
- Utilizar tecnologías para producir con calidad y establecer criterios técnicos de excelencia
- Crear identidad sonora o explotarla si es que ya la tienen. Lograr coherencia estética de los programas con lo planificado por la radio.
- Aspirar a la originalidad y la utilización de múltiples elementos en las producciones para hacer atractivo lo que se ofrece y ha de ser escuchado
- Lanzar la nueva programación, difundir la radio —su programación, su espacio y sus actividades—.
Esta es solo una propuesta y forma de sistematizar las ideas. En general puede aplicarse a cualquier radio comunitaria. Siempre y cuando no se pierda de vista que cada cual tiene sus particularidades. Por eso la importancia de la reflexión propia al interior de la radio. Vincular ideas y propuestas externas o generales, con el conocimiento de la situación propia.
Para finalizar, un énfasis: no perder de vista que este tipo de cuestiones, que a simple vista parezcan superficiales o secundarias, son el puente entre los objetivos de fondo de un proyecto social y la concreción en la práctica del mismo.
[…] http://cpr.org.ar/2011/09/la-cuestion-de-la-calidad-en-las-radios-comunitarias/ […]
Me parece útil los aspectos desarrollados. Sin embargo se me ocurre que el rol del director de la radio, su perfil para gestionar, su formación permanente o su falta de capacitación en las novedades técnicas para optimizar la radio, son sin duda parte del enquistamiento de la programación, del achatamiento del radioescucha y de la ausencia en general del pensamiento complejo y crítico en la sociedad deiatica…