“Los periodistas deberíamos pedir perdón social”

Junio de 2016 es la fecha en que en México se cambiará el sistema de justicia para ir del sistema inquisitivo a uno acusatorio.

A partir de 2016, entonces, los juicios serán orales y públicos, entre otras cosas. En el marco de esta reforma, el jueves 18 de junio de 2015, a un año del cambio de sistema, se organizó en El Colegio Nacional de la Ciudad de México el panel “Periodismo ante la ley”, para discutir los roles, responsabilidades y límites del periodismo en la posibilidad de acceso a información que se abre. Y se debatió sobre temas comunes a toda nuestra región en cuanto a periodismo, justicia y ciudadanía.

La primera mesa estuvo coordinada por José Ramón Cossío, ministro de la Corte Suprema. La jueza Emma Meza Fonseca repasó cuáles será las principales reformas en cuanto a poner a la justicia de cara a la sociedad, y en dar más posibilidades al periodismo de cubrir estos temas. Y aseguró que “La falta de credibilidad en la Justicia en México dio lugar a la reforma hacia el acusatorio. Por su parte, el periodista judicial de diario Reforma,Víctor Fuentes, coincidió en que el nuevo sistema puede ser una oportunidad para informar: “Los juzgados son oficinas burocráticas, y el sistema de naturaleza escrita no es amigable para comunicar. Con el nuevo sistema, de 23 tipos de audiencias, solo 2 son privadas”.

El periodista judicial de revista Proceso, Jorge Carrasco señaló que “Tratándose de temas de justicia, la cobertura periodística se vuelve muy aburrida. Nos quedamos en lo técnico”. Las reformas procesales dan la oportunidad al periodismo de cubrir la justicia soltando la pluma, y de trabajar en el esclarecimiento de los hechos y en conocer la verdad. También será importante para cambiar una cultura: “Hasta ahora la verdad judicial se convierte en la verdad histórica. Con juicios públicos, los periodistas tendrán un rol central. Muchos jueces no están acostumbrados a tener a los periodistas encima. Es imposible hablar con ellos”.

Para la especialista en medios Gabriela Warkentin, son contados los reporteros judiciales que pueden hacer buenas coberturas. También señaló que las lógicas son distintas para los medios electrónicos, que deben informar en el momento, y muchas veces, por desconocimiento o por apuro, terminan instalando una noticia errónea sobre un caso judicial. “Los medios electrónicos tenemos un problema con los tiempos, matices y contextos”, distinto a los medios impresos. Por esto, se producen juicios paralelos: “Hay juicios paralelos: el del tribunal y otro que hacen los medios. En la opinión pública, suelen ganar los de los medios”.

La segunda mesa estuvo coordinada por el escritor Juan Villoro quien la abrió señalando: “La percepción de muchos mexicanos es que carecemos de legalidad. La cuestión es saber qué podemos hacer desde el periodismo”. Y que “El periodismo puede convertirse en cómplice de aquello que condena”. El periodista judicial y escritor Marco Lara Klahr dejó varios conceptos interesantes. Comenzó su análisis del problema del periodismo de justicia señalando que “Los bajos ingresos del periodista policial y judicial en México (300 dólares en promedio), lo convierten en un subgremio expuesto a corrupción o a trabajar para la justicia, lo cual supone un conflicto de intereses”, y agregó que los judiciales-policiales son los periodistas que más sufren la violencia en México, por lo cual además ahora “somos desechables”. A su vez, criticó por igual tanto a la justicia como al periodismo en su rol de democratizar estos temas: “La mentalidad del sistema inquisitivo se está filtrando dramáticamente al sistema acusatorio”. “Si fabricáramos lácteos como hacemos periodismo, ya habríamos matado a la mitad de la población. Les hubiéramos dado leche con moscas”. Y abonó la idea de los juicios paralelos o de la complicidad sistémica del periodismo con la injusticia al afirmar que “Los periodistas somos parte de un mecanismo de aplicación anticipada del castigo a un acusado. Somos solo apéndices del sistema”. Y dejó dos frases contundentes más: “Estamos inmersos en una cultura medieval en México. Estamos desarticulados como ciudadanos.” Y “Si los periodistas fuéramos honestos, deberíamos avisar: ciudadanos, síganme porque si tienen una tragedia personal, yo los voy a exhibir”. Por esa forma generalizada de actuar, afirmó, “Los periodistas deberíamos pedir perdón social”.

Luego fue el turno de la reconocida periodista Lydia Cacho, víctima de la violencia por su ejercicio del periodismo, y que ha investigado y publicado sobre redes de trata de personas en México. Ella se alegró por el cambio de sistema, pero trajo a la mesa el caso guatemalteco para aprender de él. Allí, ya van 20 años con sistema acusatorio, pero en las escuelas de derecho siguen enseñando con la modalidad anterior, y así no es posible mejorar y transparentar la justicia. Señaló que “Con los avances del sistema acusatorio, pierde la industria mediática que vive de los juicios paralelos”.

Por su parte, la periodista y abogada Ruth Zenteno enfatizó en que “El lenguaje judicial es un obstáculo para el acceso a la justicia, y los periodistas no estamos siendo intérpretes”. En definitiva, en el panel se hicieron autocríticas al periodismo, se celebró la posibilidad de dar más transparencia y publicidad a los actos de la justicia, se planteó la preocupación por la especialización de periodistas en estos temas, y porque se preocupen más por ejercer su rol de traductores y a la vez ofrecer contenidos cada vez mejores, en un país en donde el periodismo es una profesión de riesgo.

“Los periodistas deberíamos pedir perdón social”

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